sábado, 25 de diciembre de 2010

La vida en la memoria...(98)

98

...Veo pasar la vida,los amores que me desgarran ,que me desgarraron en su día,veo pasar ante mí la impotencia de los amores que pudieron ser y no fueron,veo pasar ante mí los amores imposibles,los amores soñados,y me digo como consuelo,si son mejores que los amores vividos,si la vida es mejor soñarla o vivirla...no lo sé,solo sé que siento un desgarro,una brutalidad,una violencia y me dan ganas de llorar,de matarme con saña,otras veces me masturbaría con frenesí pensando en el ser amado,pero ya no tengo vitalidad,el pene no obedece y se ríe de mí...Con noventa y un años,todavía siento miedo,como si fuera un niño,y los misterios de la vida me siguen atormentando,por qué soy así,por qué mi destino fué el que fué,por qué,dios mío,por qué...por qué nací donde nací...y no tengo consuelo,no hayo consuelo...Recuerdo que en Salamanca,con trece años,conocí a una mujer de mirada triste,era una de tantas,pero yo me quedé con su cara,con su gesto,era una cocinera del colegio,puede que tuviera treinta años,quizá más,yo entonces no sabía dilucidar,distinguir,solo sé que una tarde pasó por mi habitación a recoger la bandeja de la comida,yo estaba con gripe,en la cama y antes,por la mañana,un cura viejo y arrugado,un marista maricón y viejo,perdido por los niños,me sobó todo lo que quiso,me tocó los genitales  y babeó,sus manos heladas,arrugadas y viejas,su cara de marica chocha...entonces,por la tarde,esa misma tarde,la cocinera apareció por el cuarto,me colocó las ropas,atusó la cama y me miró,no sé como me miró y me besó en la frente,en mi frente ardiente de fiebre y soledad y yo la quise en silencio y me la comí con los ojos.Nos separaba una distancia de siglos,de edad,de cultura,de todo...y recuerdo que antes de irse,con disimulo,me besó los labios y me dijo que me parecía mucho a su sobrino y yo toqué su pecho caliente,un pecho como una paloma palpitando,un pecho grande y caliente y ví como se tocó su sexo con una mano,su vestido de algodón a rayas,fino y se fué como impulsada por un resorte de amargura y de impotencia...Luego,mucho tiempo despues,he recordado otras situaciones con mujeres a las que no pude acceder,antes de Mariola,con Mariola,despues de Mariola...Por eso  tantas veces he soñado que me quito la vida,que yo elijo cuando terminar,cuando acabar con éste dolor del corazón,con ésta impotencia que me hace maldecir y odiar la vida y lo que me deparó...Tantas veces he odiado a las mujeres,porque sí,solo porque no me daban lo que yo quería,lo que yo anhelaba,porque no podía pedirlo,frutos prohibidos y dulces,que al final solo amargan.Recuerdo que me iba tantas veces de putas,deseando encontrar el consuelo,la mejor amiga,mi cómplice,la mujer de mis sueños ...y solo encontraba una mujer alegre y generosa,satisfecha de mi dinero,deseosa de agradarme,pero tan lejos,solo un coño abierto,excitado por mi inteligencia y mis mañas,un coño húmedo que me clavaba el hueso del pubis con frenesí,soñando con botellas de champán y más dinero,todo el dinero del mundo...luego me iba asqueado del burdel,con la polla escocida y un regusto amargo porque la compañera de esa noche no era mi compañera,no por nada,simplemente porque nuestros mundos eran otros,su ideal era otro,como el mío era otro y me iba mascullando,borracho,maldiciendo de la vida.Entonces me he dicho que el mal de la melancolía es un mal de consentidos,o de condenados,un mal lleno de sutilezas,que otros hombres,en su simpleza, nunca sentirán, y odio la vida,siempre la he odiado,siempre he odiado no poder cumplir mis deseos más íntimos y algunas veces me he metido en iglesias vacías y he meado en el mármol frío de las capillas vacías y me he reído a carcajadas,como un poseso y me he pasado días sín querer saber nada de nadie hasta que la necesidad aprietaba y notaba la necesidad del calor,la palabra del otro,como un bálsamo,muy a mi pesar,el poder curativo de la palabra,cualquier palabra que provenga de otro...He soñado tantas veces que tenía una mujer que a  la vez era mi doble,mi hermana del alma,mi compañera,mi puta,mi amante,mi cómplice,mi refugio en la debilidad,su coquetería solo para mí,su humanidad pendiente de mí y yo de ella...luego he despertado descreído y hastiado,harto de coños que no dicen nada,asqueado de trapos y tonterías,de risas cambiantes y caprichos momentáneos...Y pienso en Mariola,en mi querida Mariola,tan dura y tan fuerte,tan complaciente cuando sentía mi necesidad,mi locura...y me digo,que aunque viva doscientos años no hayaré consuelo porque traigo el mal de origen...Lía,tú seguro que me entenderías,pero ya  no estás y Varsovia me asquea,solo veo su cielo a traves de los cristales...