martes, 4 de enero de 2011

La vida en la memoria...(99)

99

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En las caballerizas de Lazienki,hoy me ha parecido ver a mi hija Lía.Llevaba un pantalón blanco ajustado,marcando las curvas de la adolescencia generosa,una chaquetilla azul de equitación,unas botas altas negras con el borde marrón,las espuelas oxidadas,la camisa blanca,la coleta asomando por el casco,la fusta en la mano derecha con dejadez y su profesora,una amazona madura,seca,adusta y atractiva le está hablando con autoridad,le señala algo con la mano pero no oigo,y eso que tengo el balcón  abierto...pero yo sé que no es Lía.Lía no se volvió a subir a un caballo desde que la tiró una yegua blanca y joven y la arrastró doscientos metros por el polvo y las piedras en Hoyos del Espino,en uno de los veranos de España.Yo sé que es Dominika,una adolescente eslava de cara redonda y llena,de mofletes carnosos,pelo suave y rubio,muy desarrollada para su edad.Lleva un pañuelo azul celeste al cuello y todas las mañanas,desde hace ya tres años asoma a la misma hora,adora a los caballos,lo siento y luego aparece "Muslim",un caballo de piel marrón oscuro,tirado por el cabezón de cuadra y la ceremonia del aparejo,el correaje y el cepillado...En la sala cubierta por un toldo,un picadero en la esquina este de Lazienki,un solo obstáculo y una adolescente repitiendo y repitiendo,las voces de la señora Iwona,una mujer seca y dura,pelo corto y facciones cortadas a cuchillo sacude el látigo,sín una sonrisa porque quiere que su alumna aprenda y aprenda...Alguna vez,intenté pegar la hebra,entablar conversación,pero no había manera,mi vecina de balcón,mi vecina de tantos años no se doblegaba y me miraba con distancia,con desapego,incluso con crueldad  y yo solo aspiraba las boñigas de caballo y luego me iba desesperanzado para el anfiteatro,maldiciendo de la dureza eslava.A Iwona no la sobraba un gramo,el pecho seco y las piernas bien formadas,largas,el pubis de mujer y el culo resbalón,escurrido,pero de mujer y su pelo seco y fosco,a lo garzón,la cara quemada...dios mío,yo tenía setenta y tantos años,ella  andaría por los cincuenta,pero ni una broma...Ahora ya  no está,el picadero no funciona,me lo explicó un bedel y cuando abro el balcón,el toldo azul ya no vibra,está vacío y no se oyen voces y yo me desespero porque la vida se va alejando de mí.Algún tres de mayo,me voy a la Fiesta Nacional,paseo por el parque Sajón y veo los carromatos de donde sacan a los caballos antes del desfile y veo a los tenientes,tan delgados y señoritos,tan rubios,alardear porque son Ulanos,la caballería polaca y los cabos robustos  y disciplinados solo esperan una orden...Eso sí,ya no llevan alas...Por la calle Traugutta,al fondo,asoma una compañía de relevo,es la guardia de gala,está a punto de llegar el presidente...y yo cierro la ventana del balcón,aburrido, y me meto varios "kielisek" porque no quiero llorar,porque me acuerdo de España...