lunes, 13 de septiembre de 2010

La vida en la memoria...(44)

44

Los días de dicha hay que guardarlos como oro en paño para contrarrestar los amargos,luego al ponerlos en la balanza,nos damos cuenta que siempre pesan más y nos ponen en paz con la vida.Recuerdo muchos días en que nos íbamos mi hija y yo con los trastos de matar como yo decía,sus aparejos de pintar, como si nos fuéramos de pesca,Mariola en algún compromiso social o de visita a sus amigas.Lía y yo cogíamos  el viejo Volvo de Waldemar y nos íbamos a algún pueblo cercano.Nos instalabamos en la ribera,unas veces hacia el sur por Rekowice o por Latków,otras hacia el norte hasta Nowy Secymin o  Rybaki,siempre buscando el río.Lo de ir a pintar era un pretexto porque tantos días yo sabía que era una excusa para salir al campo,para estar los dos juntos.Mi hija con diecisiete años empezaba a tontear con el tabaco:
-Papá,dame a ver a qué sabe,anda...
-No seas tonta,hija,esto es puro veneno...
-Pues tú y mamá bien que fumáis...
-Porque somos tontos,hija y yo le acercaba el pitillo y Lía lo cogía muy interesante y exhalaba el humo..
-Cuéntame algo,papá, de cuando eras pequeño,anda...por qué te escapaste a España...
-Pues porque quería conocer a mi padre,le echaba de menos...
-Y no te dió miedo,papá,tan lejos...
-Bueno hija, a esas edades uno ve las cosas de otra manera,no es consciente de las distancias,de las dificultades,se fantasea  mucho...
-Que aventura,yo no me habría atrevido...
-Pues vete tu a saber,lo mismo,en mi lugar habías hecho lo mismo...
-Ya,no sé...Oye,papá y tu eres feliz,nos quieres a mamá y a mí...
-Pues claro,hija,claro que os quiero,es que no lo ves...Lo de ser feliz o no,hija,eso va por temporadas,comprendes,hay épocas en que uno se encuentra mejor y otras peor,es la vida...
-Claro, y tú crees que yo voy a ser feliz...a veces me harto de vivir aquí y sueño que vivo en España,con tanto sol siempre,es tan diferente...
-Bueno,tu no te agobies,que te queda mucha vida por delante;la vida,Lía, da mil vueltas...Luego nos comíamos un bocadillo y Lía buscaba algunas flores para su madre y nos volvíamos a Varsovia,felices y contentos y sentíamos que nuestro cariño y respeto se acrecentaba...No hacía falta más ni tampoco hacíamos nada extraordinario.Luego al bajar del coche,Lía siempre decía:
-Qué bien lo hemos pasado,a que sí,papá...
-Sí,hija,una excursión divina...Otro día repetimos.Mariola venía hacia le verja y nos echaba una mirada de satisfacción y alegría:
-A saber que habréis hecho por ahí...
-Uy,si te contáramos...Zenia ,me saca de mi ensimismamiento:
-La cena,que se enfría y yo me tengo que ir...
-Sí...




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