44
Los días de dicha hay que guardarlos como oro en paño para contrarrestar los amargos,luego al ponerlos en la balanza,nos damos cuenta que siempre pesan más y nos ponen en paz con la vida.Recuerdo muchos días en que nos íbamos mi hija y yo con los trastos de matar como yo decía,sus aparejos de pintar, como si nos fuéramos de pesca,Mariola en algún compromiso social o de visita a sus amigas.Lía y yo cogíamos el viejo Volvo de Waldemar y nos íbamos a algún pueblo cercano.Nos instalabamos en la ribera,unas veces hacia el sur por Rekowice o por Latków,otras hacia el norte hasta Nowy Secymin o Rybaki,siempre buscando el río.Lo de ir a pintar era un pretexto porque tantos días yo sabía que era una excusa para salir al campo,para estar los dos juntos.Mi hija con diecisiete años empezaba a tontear con el tabaco:
-Papá,dame a ver a qué sabe,anda...
-No seas tonta,hija,esto es puro veneno...
-Pues tú y mamá bien que fumáis...
-Porque somos tontos,hija y yo le acercaba el pitillo y Lía lo cogía muy interesante y exhalaba el humo..
-Cuéntame algo,papá, de cuando eras pequeño,anda...por qué te escapaste a España...
-Pues porque quería conocer a mi padre,le echaba de menos...
-Y no te dió miedo,papá,tan lejos...
-Bueno hija, a esas edades uno ve las cosas de otra manera,no es consciente de las distancias,de las dificultades,se fantasea mucho...
-Que aventura,yo no me habría atrevido...
-Pues vete tu a saber,lo mismo,en mi lugar habías hecho lo mismo...
-Ya,no sé...Oye,papá y tu eres feliz,nos quieres a mamá y a mí...
-Pues claro,hija,claro que os quiero,es que no lo ves...Lo de ser feliz o no,hija,eso va por temporadas,comprendes,hay épocas en que uno se encuentra mejor y otras peor,es la vida...
-Claro, y tú crees que yo voy a ser feliz...a veces me harto de vivir aquí y sueño que vivo en España,con tanto sol siempre,es tan diferente...
-Bueno,tu no te agobies,que te queda mucha vida por delante;la vida,Lía, da mil vueltas...Luego nos comíamos un bocadillo y Lía buscaba algunas flores para su madre y nos volvíamos a Varsovia,felices y contentos y sentíamos que nuestro cariño y respeto se acrecentaba...No hacía falta más ni tampoco hacíamos nada extraordinario.Luego al bajar del coche,Lía siempre decía:
-Qué bien lo hemos pasado,a que sí,papá...
-Sí,hija,una excursión divina...Otro día repetimos.Mariola venía hacia le verja y nos echaba una mirada de satisfacción y alegría:
-A saber que habréis hecho por ahí...
-Uy,si te contáramos...Zenia ,me saca de mi ensimismamiento:
-La cena,que se enfría y yo me tengo que ir...
-Sí...
No hay comentarios:
Publicar un comentario