martes, 6 de septiembre de 2011

La vida revelada (21)

Ania era muy popular en su barrio y no en balde.Toda su familia murió en la guerra,sín moverse de Varsovia cuando esto era un verdadero infierno.Sus padres,sus tres hermanos,Ania solo una niña,recorriendo las alcantarillas como ratas,mal comiendo patatas crudas,raices,pan duro y mohoso,lo que pillaban...y muchos de los vecinos que me presentaba,habían huído a sus pueblos y luego regresaron,pero Ania no y sobrevivió,por eso a veces yo la descubría ensimismada,y en su cara se dibujaba un ángel lleno de ternura y compasión.Ania adoraba al profesor,le había recojido al acabar la guerra,venía hecho un poema,con las marcas de lo indecible en su cara ajada,su cuerpo consumido y las miradas acusadoras de los vecinos,por judío,hasta que Ania dejó las cosas claras,y despues de llamarles advenedizos y cosas peores,ya no se volvió a hablar del profesor y rotos los recelos,hizo algún que otro amigo...Hasta Cecylia y Waldemar conocían su historia,por eso tambien la Milicjia la dejaba en paz,los nuevos patriotas vendidos y acobardados por el oso rojo.Y yo empezaba a notar que se odiaba más a los rusos que a los alemanes,aunque en la calle pareciera lo contrario.
Empezaron las primeras nevadas a finales de octubre y un buen día apareció un tal Stefan,con un carro típico de aquí, alargado,hecho de tres tablones y un percherón robusto que echaba mucho vaho,un vaho que espantaba el frio,jaja.Traía una carga de verduras y hortalizas para Ania y para el profesor de su huerta de Praga.Era robusto y alto,la chaqueta de pana negra,los pantalones tambien de pana y las botas de agua,en la cabeza la gorra y le tez dura y enrojecida del que trabaja  de sol a sol.Personajes que yo iba conociendo y que luego formaron parte de la vida de mi hijo.Stefan hablaba poco y me saludó sín apenas mirarme pero con mucho respeto y cuando estabamos en la faena de descargar,ya venía Enger,el zapatero,asomando por la esquina.Un ser escuálido y burlón,un mequetrefe al que Henryk,el profesor,profesaba una gran amistad,yo creo que por un deseo del profesor de transformar su vida,abocada sín remedio al alcohol...
-¡Eh la compañía!...buena carga te traes hoy bribón...
-Deja en paz a Stefan,no empecemos,que te vas a ir caliente a casa,bocazas...
-Señorita Anna,no se enfade y buena compañía que se ha echado para el invierno,jajaja...
-¡Qué tal Enger!,no abrás bebido hoy...que luego tuerces las suelas de los zapatos...
-Ni gota,por Cristo,pero como es lunes,hay que honrar al Santo patrón...
-Echa una mano,anda...
-Hoy libro,profesor,pero si hay premio,jejejeje...y de un resbalón se fue al suelo...
-Aparta,sabandija,que te va a pisar el caballo y no quiero pleitos con zapatero,kurwa...La noche se había echado encima y arreciaba el frío,el farol del carro parecía querer apagarse de un momento a otro,y allí estaba yo,en medio de tan singular compañía,riéndome para mis adentros,pensando en mi madre,en mi familia,en Madrid...a veces,me daba la impresión de que yo había nacido aquí,sobre todo cuando íbamos por el tercer kielisek...y Ania se cabreaba conmigo entre un coro de protestas...


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