sábado, 18 de junio de 2016

La vida revelada...(37)

...Del parque de Kriska venia un resol de atardecer,como para amansar a las fieras y algunos rayos daban en las copas de cristal,creando una atmosfera de melancolía a la estampa del jardín,El zapatero Enger ya borracho,lo cual distendía el ambiente y yo mire para las ramas altas de los árboles por donde se colaba el sol.El rostro pálido de Anka se iluminaba por momentos según de donde soplaba la brisa y luego su cara tornaba a su natural palidez.Era claro que a mi querida Ania le quedaba poco tiempo de vida,pero de eso no se hablaba.Janusz iba y venia,cogía un trozo de tarta y volvía a su mecano que iba cogiendo formas.Yo desee con todas mis fuerzas que un ángel nos acariciara con la brisa e infundiera paz en nuestros corazones.La velada transcurrio por un sendero de amabilidad impuesto por Anka y recuerdo que crucé algunas palabras con el profesor cuando me preguntó por la situación en España.Stefan y Josef comiendo en silencio y con mucho miramiento cuando se dirigían a Ania.Yo procuraba no beber demasiado,no quería ponerme eufórico en aquella reunión tan silenciosa y tranquila.Quería estar ecuánime y amable con todos y no le gastaba ninguna broma a Enger como hacían los demás.Luego Anka se dirigió a mi y me dijo que si quería dar un paseo hasta el río...y allí se quedo el pequeño grupo y yo respire un poco aliviado.
_Gracias Ania por facilitar la velada..
_No tienes que agradecerme nada,somos todos personas educadas,si exceptuamos al zapatero,pero ya le conoces...
_Si...y como te encuentras mi querida Ana...
_Bien,mejor de lo que aparento.Ya sé que estoy muy pálida y se transparentan las venas azuladas...
_¿Vamos a las gradas?
_Sí claro,así podrás ver el puente de hierro...

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