lunes, 28 de septiembre de 2009

La vida perdida (LXIII)

...yo sigo pegando la hebra con mi padre y nos pasamos los días como Don Quijote,las noches de claro en claro y los días de turbio en turbio,muy turbios,eso sí,más que nada por el resacón...
-Y cómo te enteraste de que me escapé a España...
-Bueno,me pegué un susto que no te imaginas.Me llama Waldemar,que no saben dónde estás,que has desaparecido,Cecylia llorando a moco tendido,pero,yo,Janusz, tenía una intuición,no me digas por qué y me dije,este jodío está en España,y venga, tira de teléfono.A mí no me gusta pedir favores,pero esa misma noche llamé a un general retirado de la guardia civil,amigo de la abuela y mano de santo,Janusz,a los diez días te habían encontrado...Serás cabrón...
-Claro,si ahora que lo dices,a mi me extrañaba mucho tanto respeto conmigo y los grises allí pidiendo la documentación a todo el mundo y Waldemar,que si alguien te ha hecho algo,que lo digas,y yo,que no,que no...el cirio que se preparo en la estación,sólo me acuerdo de la cara de gilipollas que se le quedó al pistolero barato:
-"Eh tú" que yo no he hecho nada...
-Usted se calla,hasta nueva orden...Ja.ja,ja.Estaba acojonao el hijo puta ese...

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