lunes, 28 de septiembre de 2009

La vida perdida (LXXI)

...la muerte del pobre Józef,nosotros en Madrid,pasándolo de cine y cómo lloraba Mariola,yo pensé siempre que Mariola era de hierro,sí y es dura de narices,pero claro,el señor Majcherczyk era un cacho de pan y era su padre.Józef se quedó viudo al poco de nacer Mariola,tenía días Mariola,un mal parto que se llevo a su madre Danuta...Y nosotros corriendo,un billete,que haya billetes hoy para Varsovia,como sea,aunque haya que hacer veinte transbordos,y lo de siempre...eso mismo,ya os lo sabéis:Waldemar,que Józef se ha muerto,Cecylia por favor,Cecylia...Llegamos a las tres y media de la madrugada.Era un veinte de noviembre de 1978,no se me olvidará nunca,porque en Madrid había habido una gresca esa tarde de cojones, con el tercer aniversario de la muerte de Franco.En Varsovia, el termómetro marcaba dieciocho bajo cero y el viento llevaba cristalitos,diós qué frío,y en casa de Mariola...el señor Zanussi y nadie más.¡Qué tristeza! y allí el profesor,arrodillado a los pies de la cama,sin perder la compostura,con una cara de piedad que yo no habia visto nunca,ese día me enteré de golpe quién era el profesor Zanussi,un ángel había bajado del cielo y se había encarnado en él,y recordé que el judío Zanussi,el doctor de física de partículas Henryk Zanussi,había sobrevivido al campo de Sobibor en 1942...

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