sábado, 10 de octubre de 2009

La vida perdida (CXXVIII)

...al final,el doctor Díaz Grey no apareció,pero yo le disculpo,porque la Zubrówka es todavía mejor que la morfina y delante de mí está Roman,tan agobiado como siempre...
-Bueno y cómo vas,te quedan siete meses,eh Janusz,no te olvides...
-Que sí Roman,hombre,no me atosigues,oye y ahora que lo estoy pensando,tú crees que podría cambiar a Italo Calvino por Cesare Pavese,me apetecería más,ya sabes "La luna y las Fogatas,"Los diálogos con Leucó","Fiestas de Agosto",cualquier cosa,va más con mi carácter,es una cuestión sentimental...
-Joder,ya empezamos Janusz,pero tú no sabes lo que costó convencerles para que te dieran algo,pero éste tío quién coño es,que tiene traducido,cuál es su curriculum y tú ahora me saltas,que si puedes cambiar a Calvino por Pavese...
-Vale,vale Roman,era sólo por si acaso,nada más,me subiré a los árboles con el barón Cósimo,no te preocupes...
-Menos subirte a los árboles y menos tertulias fantasmales,Janusz,que ésto es trabajar,como si estuvieras en una oficina y no te compliques más la vida,coño...
-Ya hombre,y qué más,yo en una oficina,qué poco me conoces...

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