domingo, 4 de septiembre de 2011

La vida revelada (17)

Los primeros días de clase,yo siempre dejaba el abrigo al lado de mi asiento,hasta que Cecylia me dijo que en la planta baja,en la parte de atrás,había guardarropa.Y a los pocos días,me acordé de repente y me fuí muy dinámico en busca del guardarropa,y al doblar la esquina de un pasillo me dí un buen trastazo con una mujer joven que venía en sentido contrario...yo no hacía más que disculparme en mi polaco tipo indio,a saber:"yo pedir perdón,señora","yo hacer daño a usted"...y mientras, la tenía cojida los brazos,hasta que Anna,con una risa burlona me dijo:
-No soy de mantequilla,señor español...
-Szujam?,no entiendo bien,¿pero usted me conoce?...
-A usted le conoce ya toda Varsovia,señorito español...
-Pero,estás bien...
-Perfectamente,dame el abrigo anda...
Ah,¿pero sabías que venía a dejar el abrigo?
-Lo he supuesto,todavía no soy maga...Y nuestras miradas se cruzaron unos segundos y a mí me pareció que nos recorría una corriente eléctrica...y creo que nos gustamos al instante...Esa mañana perdí las clases,hasta que apareció Cecylia con Waldemar,pensando que me había pasado algo.Para entonces yo seguía dando cuerda a Ania y ella no hacía más que reirse y mirarme con asombro y cierto embeleso...Ania era rubia como la paja amarilla,el pelo a media melena,recojido en una coleta,que dejaba ver sus orejas y un mechón rubio se le escapaba por la frente.Ania era la armonía en persona,medía un pelín menos que yo y tenía unos ojos azules profundos que no rehuían ninguna mirada,el talle perfecto.Calzaba unas bailarinas,para estar más cómoda,como luego me dijo y llevaba un vestido de flores,con el talle alto.La cara era dulce,la nariz perfecta y los mofletes un poco abultados,que le daban más dulzura aún,los labios un poco carnosos,sín carmín y las cejas color marrón claro y bien perfiladas,espesas...yo estaba tonto perdido,Ania me recordaba a alguna pastora mitológica a  la hora de rezar el Ángelus y ella se daba cuenta y se reía,se daba perfecta cuenta de que me tenía encandilado y no hacía más que tirarme puntillas con mucha ironía:
-¿Y qué se la  ha perdido a un español aquí?,¿tan elegante y tan despistado?,jaja...¿El señor está bien de la cabeza?...y yo me iba tranquilizando y sintiendome seguro,como en la gloria...y aparecieron Cecy y Waldemar,que saludaron a Ania con mucha familiaridad:
-Han pasado lista dos veces y tienes faltas,te aviso,a ver qué excusa te inventas,que aquí no se andan con medias tintas,el que viene a estudiar,viene a estudiar...Ya veo que has hecho una nueva amiga...Waldemar solo miraba y nos sopesaba,a Ania y a mí,como intentando descifrar si hacíamos buena pareja...
-No pasa nada,Cecy, mañana me inventaré algo...
-Pues que sea creible,te aviso...
-Puede decir que tuvo un accidente en el guardarropa,jaja...
-Como,qué ha pasado...
-La señorita Anna bromea,nada más... y cuando nos ibamos,me volví otra vez al mostrador y le dije a Ania:
 -¿Estás libre por las tardes?...
-Eso depende...
-Como que depende,no, que si quieres tomar un té conmigo,o lo que sea,yo invito ...
-No vas muy rápido,Gonzalo?
-Pero,tambien sabes como me llamo...
-Nos acaban de presentar,recuerdas...
-Ah! es verdad...entonces...
-Te esperan tus amigos,mañana hablamos...y me dejó adrede con la palabra en la boca...y yo me fuí con mis amigos con un calentón de los buenos y hasta que nos separamos,no deje de interrogarles acerca de esa criatura celestial,jajaja...Y ya quería quedarme en Varsovia toda la vida...
















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