domingo, 18 de octubre de 2009

La vida perdida (CXXXIX)

Madrid,27 de noviembre de 1963

Querida Ania:
He recibido tu última carta y me he alegrado mucho.Cómo van tus esputos,cuídate.Ya veo que el mocoso de Janusz va creciendo,no hago más que pensar en vosotros desde aquí,rodeado de locos,metido en éste hospital,por voluntad propia,eso sí y no se me va la depresión,estoy harto de ésto ya,no tengo ganas de nada,mi madre todo el día dándome la paliza,hablandome de balnearios y de la iglesia,que tenga fe,me dice,que todo lo que me pasa es que no creo en dios y yo me pongo de mala hostia y la mando a paseo.Mi padre el hombre,no dice nada,solo me dice que está deseando que me mejore,que hasta que no me vea de putas otra vez,no se queda tranquilo,y mi madre se sube por las paredes,Agustín,qué cosas dices,espero que te confieses y yo les dejo que discutan y sólo pienso en tí y en la orilla del Vístula y que no soy más que un maricón,que te he dejado allí,tirada con el pequeño Janusz.Un fuerte abrazo y contéstame.Te quiero Gonzalo

P.D.:cómo andas de dinero,¿te llegó lo último?

Me aburro,y me pongo a leer las cartas de mi padre y de Ania...

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