domingo, 18 de octubre de 2009

La vida perdida (CXXXVII)

...hoy vienen a comer a la casa de Róza mi padre,Cecylia y Waldemar,he encargado la comida,porque yo no tengo ni idea de cocinar y Mariola,menos todavía.He puesto una bonita mesa,con flores y todo,porque a los Grudzynscy estos detalles les gustan mucho.Cuando habro la puerta,estallo en una carcajada,allí están,Cecylia,con su pelo blanco,recogido en un moño,su porte tan elegante y un mantón de Manila rojo y negro,encima de un vestido de terciopelo negro;Waldemar,con una capa española con botón de plata...y mi padre,mi padre con una pajarita,ja,ja,porque no puede con las corbatas,el no quiere pertenecer al mundo formal de los ahorcados y yo me río con ganas y Mariola se asoma,qué pasa...
-Ven Mariola,trae la cámara de fotos,que ésto quede para la posteridad...
-¡Hola!,que pasa Juan,¿no te gusta nuestro look español?...
-Que sí,Cecylia,es que así de repente...
-Y qué me dices de tu padre,¿eh?,Waldemar le ha obligado a ponerse una pajarita...
-Janusz,qué tal,hoy me siento como un Don juan,toma,deja esas botellas por ahí...
-Coño,rioja de reserva,qué nivel,Waldemar,tu no nacíste para pobre...

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