viernes, 26 de noviembre de 2010

La vida en la memoria...(91)

91

Al margen del cielo o del infierno,estaba la realidad concreta de cuando por las mañanas,yo llevaba a mi hija al colegio.Eso no había cielo ni infierno que lo superara...bendita sea la inocencia...
-Papá,qué hace ese señor,por qué habla solo y no  se abriga,con el frío que hace...Yo si quieres le dejo mi abrigo...
-Es un pobre,mi niña y está borracho...
-Y por qué está borracho,papá,quien lleva a sus hijos al colegio,¿su mamá?...
-Seguramente,hija,la mamá es la que suele llevar a sus hijos al colegio,aunque no siempre,¿eh?,que conste...
-Claro,hoy papá, vamos a hacer teatro...La señorita nos ha dicho que vamos a imitar al señor invierno y al señor verano...
-La vida,hija,es un puro teatro...
-No,papá,¿acaso nosotros hacemos teatro cuando comemos en casa?...
-Pues,hombre,tu hija,precisamente,mucho y...
-No seas tontito,papá,yo hago teatro de broma solo,eh...
-Está bien que me lo digas,Lía,se lo diré a mamá,cuando nos montas esos numeritos porque no quieres repollo...
-Bueno,papá,eso es un secreto entre tú y yo,vale,así que a mamá ni una palabra.Ay,papaíto,cuanto te quiero y dame ya la cartera,que no quiero que mis amigas te vean llevando mi cartera...
-Te voy a dar en el culo,fresca... mi hija tenía seis años,una sonrisa permanente en su cara y una pregunta siempre en la boca,pero solo como una costumbre,como si en realidad la respuesta la importara un comino,el caso era preguntar y poner a prueba a su padre;mi hija,como todos los niños,me toreaba de capote y de maleta,lo bueno es que en vez de entrar a matar,me comía a besos y me idolatraba.Luego estaba su madre,mi querida Mariola,una madre de armas tomar,una madre de una pieza,que no dejaba resquicios,porque los llenaba todos,los de la regañina y los del amor.Yo entonces desaparecía,porque se olvidaban de mí...no sín antes oír a mi hija:
-Adónde vas,papá,acuérdate que me tienes que contar un cuento ésta noche,vete pensando...Y yo me decía,tocaté los cojones...
-A ver como cenas,mocosa,yo luego,lo que diga tu madre,ya lo sabes...
-Ay,papá,qué tontos sois los papás,siempre lo que diga mamá...
-Por la cuenta que nos trae,mi niña...
-Cecylia,no te enrolles,vamos a bañar,que estás muy cochina y hoy te voy a cortar las uñas,quieras que no...En el patio la bicicleta tirada y el peluche asqueroso en un rincón,el peluche que cuidaba nuestro jardín...Yo me iba a dar una vuelta por el parque vacío y solo y miraba las ventanas encendidas,imaginando las conversaciones surrealistas de mi hija con su madre y miraba al cielo,a ver cuantas estrellas había...Luego,al llegar a casa,mi hija ya me esperaba en pijama y me inquiría:
-¿Ya has pensado,papá,qué cuento me vas a contar hoy?...
-Pues no sé,hija,es que ya se me agota la imaginación,como ya te aburren los cuentos de siempre...
-Pero tú,papá, tienes tanta imaginación... y Mariola desaparecía,liberada,camino del salón,cumplida su parte y ahora me tocaba a mí en el dormitorio de mi hija:
-"Pues esto era una vez"...comenzaba yo sín mucha convicción y mi hija me miraba expectante...

La vida en la memoria...(90)

90

Y al hilo del recuerdo de Cecylia Grudzinska y su mención a la perversidad de mi padre,pues hoy desbarro sobre el infierno,como el otro día me puse a hablar del cielo.El infierno va dentro de nosotros,hay tantos infiernos como personas sobre la tierra.Infiernos tambien que murieron con sus "titulares",infiernos que aún están por nacer,pero ya llegarán, cuando la mujer rompa aguas.Y los infiernos presentes,tan reales y palpables,haciendo sombra,oscureciendo la luz que todos llevamos dentro.Todos somos fenomenales,hasta que hace acto de presencia la rabia,la soberbia,el asco,el desprecio,el hastío,la envidia...la lista es interminable,entonces asoma el demonio con pezuñas y cuernos,el macho cabrío o la bruja piruja con su vagina dentada y sus ansias de dinero y trapos,muchos trapos para estar estupenda,mientras el cabrón se escuerna lleno de deseo,anhelante de manchar coños,el chocho que no cesa,imperecedero,la raja del dolor o del éxtasis.Entonces solo cabe llenarse de paciencia,una paciencia infinita y envidiar sanamente la juventud sana y hermosa,el impetu del cuerpo y la sangre caliente y tomarse las cosas con calma,refugiados en algún puerto,un buen libro,una música,una pericia profesional,un recuerdo tierno de infancia o echar un vistazo a la cuenta corriente,a ver cuanto ha engordado.La vida del hombre gira alrededor de cinco o diez minutos,lo que tardamos en corrernos,lo demás es la parafernalia que adorna la vida.La vida de la mujer es bastante más compleja y da para mucho más,aunque tampoco mucho más.Pero el infierno no es solo deseo insatisfecho,es tambien el ansia de triunfo,de superación,de permanencia en el tiempo,vivir en la cresta de la ola,antes de que te rompan la crisma la vida y sus circunstancias.Lazienki mientras tanto ahí sigue,impasible,disfrazándose a cada estación como un travesti compulsivo y un poco aburrido y es que la naturaleza solo tiene cuatro trajes,con muchos matices y complementos,pero cuatro trajes,no hay más,y puede que sea mejor así.Y si miramos para arriba,la cosa se complica porque se nos escapa y quien sabe nada de las estrellas,todo pura especulación,el espejo del cielo jugando con nosotros...A veces yo he querido ser un árbol o una vaca,pero el hombre inventó el hacha para sobrevivir y al árbol un día lo talan y se acabó el árbol y a la vaca la finiquitan de un golpe en el matadero,porque yo tengo que comer mientras pienso estas cosas.Tambien está el infierno del tiempo,como hay un infierno del espacio,de cualquier espacio concreto.Y yo, por qué no nací en la edad media,o veinte años antes para poder echar los tejos a esa criatura que pasa por la calle...pues ya  ves,porque no somos dioses ni se puede tener todo;tampoco es cosa de echar de menos a la ameba...Dios mío,lo dicho,paciencia,mucha paciencia hasta que a la muerte la de la gana de abrazarnos.Me voy a echar un cigarro,que no tengo ganas,pero algo hay que hacer hasta la hora de comer...y me repaso el pelo ralo y canoso con mi mano huesuda...

domingo, 21 de noviembre de 2010

La vida en la memoria...(89)

89

Sagitario es un hijo de la grandísima.Mi padre,Gonzalo Ahumada Asiaín era Sagitario,yo tambien.Y se acerca mi cumpleaños,mi noventa y un cumpleaños.Sagitario puede hundirse en el estiercol con sus patas traseras,puede rebozarse en el fango,hundirse en la miseria,pero a la vez,puede lanzar flechas al cielo y herir a las estrellas.Sagitario es un soñador,lo que quiero decir es que yo soy un soñador , y el uno de diciembre es el cumpleaños de mi padre, de mi  desconocido padre,de mi querido padre.Cuando estuvo en Basilea follando a placer con Ilona,un queso de Holanda,por decir algo,me escribía a Salamanca haciendose perdonar y me pedía perdón y me ofrecía todo lo inimaginable a través de Cecylia Grudzinska.Yo tomaba nota y le decía a Cecylia:
-Éste cabrón tiene cargos de conciencia,tú que piensas,tía Cecylia...
-¡Ay!,Juanito,no me pongas en un compromiso,yo quise a tu padre,pero me casé con Waldemar porque tu padre era inhumano,cruel hasta la extenuación,débil hasta la náusea,te lo tengo que decir así,porque a tí,como a tu padre,os gusta que os hablen claro...
-Ya sé,tía Cecylia...unos nacen de pie y otros nacen de culo y desgraciados hasta que se mueren,maldecidos por la vida,al margen de todo lo demás...
-No hables así,Juanito...Sabes,cuando conocí a tu padre,en Madrid,en mil novecientos cincuenta,me llamó la atención su cortesía,su desprendimiento,parecía que el dinero le traía al fresco porque le sobraba, y yo,aristócrata pobre,pero aristócrata de cuna, no entendía ese desprecio en esa España de posguerra,tan miserable, y su odio y su asco a su mundo,a su madre,al Régimen,gracias al cual tan bien vivía...
-Mi padre es un poema,un poema triste,creo yo,mi pobre padre,mi querido padre,porque yo,tía,quiero a mi padre de una manera insana,a mi madre la quiero con el corazón y su recuerdo me hace llorar,pero mi padre es una cuestión más racional y elaborada.No sé...Puede ser,que mi padre estaba forrado de pasta,solo eso,forrado hasta el culo de pasta y eso crea misterio,el misterio de los caprichos satisfechos,solo eso,luego viene lo demás,las frustraciones que no hay dinero que lo remedie...
-Y cuanta razón tienes,Juanito,el dinero no lo es todo,te mete en una burbuja,pero cuando ese líquido amniótico lo invade alguien,quien sea,crea pánico y entonces se pierde todo el señorío,a veces es penoso...
-Tía,eso lo entiendo,de una manera intuitiva lo entiendo,no sé por qué...
-Lo llevas en los genes,Juanito,mi cielo,pero tú eres más bueno que tu padre,eres más bueno de alma,no sé como explicarte,tú desarmas a la gente con tu humanidad,tu padre era más cruel,no sé,pero no me hagas caso,mi niño, cada persona es un mundo,deja los prejuicios a un lado,"accede a la excelencia",como decía tu padre;tu padre,Janusz,cuando quería, era perverso,una perversión que da la inteligencia privilegiada,pero no me hagas mucho caso.Waldemar,a veces,  me dice que por qué te hablo así,con esa franqueza,con lo sensible que eres y yo le digo,pues por eso Walde,por eso,porque yo a Juanito no sé hablarle de otra manera...
-Te quiero mucha tía...eres mi madre...
-Soy tu madre crepuscular,Janusz,eres mi hijo,el hijo que nunca tuve,porque Waldemar y yo no pudimos tener hijos...
-Dáme un beso,tía,te quiero...
Recuerdo a Cecylia,ahora que se acerca mi cumpleaños,y me acuerdo porque en Salamanca,en plena adolescencia solitaria,con escapadas secretas al barrio chino,tan cercano,Cecylia era mi madre,era mi vida,mi esperanza,era todo para mí,como lo fué mi madre en mi infancia...Cecylia...Tú,tan listo y tan intelectual,con esas gilipolleces de los horóscopos y del destino,vete a tomar por ahí,...y Varsovia se prepara para mi cumpleaños,se pone blanca y fría  y me predispone a llorar,a llorar a mi madre en el barrio de Solec,cuando yo me ponía terco y desaparecía en Navidad porque mi padre estaba ausente,mi padre,el trauma de mi vida,mi padre,el misterio de mi padre,una instancia superior,desconocida,una instancia desmitificada,cuando revisé sus papeles,pero es que de niño te dan el timo echando hostias...

miércoles, 17 de noviembre de 2010

La vida en la memoria...(88)

88

...
Hoy voy a hablar del cielo,no del cielo divino,que no conozco,sino del cielo terrenal,ese cielo que vemos todos los días,desde que nos levantamos y que nos acompaña siempre aunque tantas veces no nos demos cuenta.Y por qué hoy voy  a hablar del cielo,pues porque me aburro,no me apetece leer el "Zycie Warszawy" y así me olvido un poco de los malos recuerdos.Iba a decir que hoy voy  a hablar del cielo porque me sale de los cojones,pero me contengo,que luego viene Zenobia y me dice:
-El "pronto",señorito Sobieski,ese pronto que le sale y le estropea,con lo bueno que es usted...y yo me callo,porque cuando Zenobia me dice que soy muy bueno,me agarro unos cabreos de la hostia y no la contesto,para no entrar en polémicas más hondas...
De Varsovia,el cielo gris de cualquier día,un gris de plomo,de estaño,de leche sucia,el cielo gris.Y tambien el cielo azul cobalto de las noches,de tantas noches de Varsovia,Varsovia de noche es de color azul,las luces amarillas reflejándose en el río,los puentes de plata,así,de lejos,que luego cuando te acercas,son puentes viejos que retumban,pero de lejos,con las luces, parecen de plata vieja.Luego los cielos de España,de Castilla mejor,que son los que más conozco,los primeros cielos españoles que yo ví en la estación de trenes de Ávila,como si a mí  la Renfe me hubiera regalado el cielo,ja,ja,qué tonterías se me ocurren.Pero yo recuerdo,de esos doce días que pasé en la estación de Ávila,el cielo limpio y despejado que veía desde las vías muertas,cuando medio escondido,me colaba en el vagón frío y destartalado donde vivía "El niño de la estación",un tren verde,de largo recorrido ya en desuso,con fotos en blanco y negro de España,enmarcadas encima de las cabezas de los pasajeros de una España olvidada.Luego tambien el cielo de la Moraña,entre mares de espigas y cereal,desde las rejas de un colegio de la Diócesis abulense,donde me llevó la policía con mucho miramiento y el cielo salmantino,de cuando me hacía pajas en los Maristas...El cielo de mi infancia,porque la infancia es lo  mejor que se recuerda,a pesar de todo lo que sufrimos,da igual.Yo me subía a las peñas que llamaban de Toledo,para ver pasar los trenes que salían de Ávila,dirección Madrid,o los que venían de Madrid,aflojando ya la marcha.Desenvolvía el bocadillo de calamares que me daba todos los días la señora Concha,bendita ella,la señora Concha,de la cantina de la estación,la misma que se encaraba con todo el mundo,cuando se metían conmigo,por niño, por "huérfano" y extranjero,¿alguien da más?...Allí sentado yo entonces miraba al cielo,ese cielo azul limpísimo,con sus nubes blancas como corderos,o con esas nubes que salían del horizonte,como de las calderas de la tierra por la zona del Campo Azálvaro,y yo le pediría a alguien que llorara por mí,porque a mí ya no me sale el llanto.Un niño solo,perdido,soñando con su padre y llorando por las noches a su madre muerta,tan joven y tan guapa.El cielorraso de la tierra,como el techo del cuarto de estar o del salón de nuestra casa,solo que más grande y más abarcador,o sea,tan abarcador para entendernos,que acoge a toda la humanidad,casi nada.Cielo místico de Santa Teresa y San Juan de la Cruz,el cielo de la noche oscura,en ansias en amores inflamada;el cielo gris de los borrachos de Varsovia,el cielo gris de la tristeza y la desesperanza,de cuando ya no se espera nada y los autobuses rojos nos salpican y nos ponen perdidos,porque el asfalto lleva agujeros y deja mucho que desear.El cielo tambien como una promesa del paraíso,un paraíso entre cipreses y panteones de granito y pequeños montones de tierra,sín cruces,sín placas,sín nada,de muertos sín identidad.Para todo eso da el cielo y más,para pedir perdón y para cagarnos en dios y ser canallas y asesinos.Tambien como una pantalla de cine inmensa donde nubes blancas se transforman a cada momento  y vemos dragones,caras,animales,rizos de chorro a reacción mientras un avión se aleja.Mejor  hablar del cielo,de cualquier cielo,que del infierno,cualquier infierno.No quiero olvidarme del cielo de la "media noche","niebo pólnocy" que dicen en polaco.Ese cielo frío y desengelado,de luz impertinente,como de estepa rusa,el cielo del Báltico que provoca tanta tristeza,porque es un cielo triste,muy del norte,un cielo que en verano parece que no quiere irse,pero que no calienta,un cielo en calzoncillos para entendernos,que no sabe de la grandeza del cielo caliente,bien vestido y acogedor del Sur...Y como me he puesto muy lírico,me he levantado del sillón y me acerco al aparador de las bebidas,a trincar de la primera botella que agarre,porque sí,sín más,con lo mal que me sienta a estos años,que luego me quita el apetito y me hace agujeros en el estómago y le hace exclamar a Zenia,¡ay,Señor!,que hoy tambien voy a tirar la comida,usted no tiene arreglo,Virgen Santa,Madko Boska,usted y su maldita melancolía...El cielo...

viernes, 12 de noviembre de 2010

La vida en la memoria...(87)

87

...Y me pasé varios días durmiendo con mi hija Lía y explicándola el triunfo de la muerte y su liberación de las almas,libre del lastre del cuerpo.No te asustes Lía porque el cuerpo se quede rígido y los ojos ya no nos miren y la voz se apague para siempre.El cuerpo es solo un soporte,una rémora mientras vivimos,luego el alma se explaya y se alegra y ahora Waldemar nos mira y nos sonríe,desde vete tú a saber donde,pero  estate feliz,Lía,te  lo digo yo,por eso no hay que llorar,solo lloramos porque estamos acostumbrados a ver un cuerpo que nos habla,nos acaricia,nos sonríe,pero ahora es mejor,porque aunque nosotros no vemos a Waldemar,él sí nos ve y aquí dios no tiene nada que ver,no pienses cosas raras y no hace falta que vayas a la iglesia.Solo es un ciclo natural,es muy sencillo,por eso alégrate,solo alégrate,mi niña,porque los muertos nos preparan la cama para cuando nosotros lleguemos,cuando nos toque a nosotros apagarnos,no tengas miedo mi pequeña...y yo trataba de calar en mi hija,deshacer sus miedos y sus traumas.Luego se quedaba dormida y entonces yo podía llorar un poco,llorar a Waldemar y a Cecylia y agradecerles el pasado,su desvelo conmigo,pero yo esas cosas no podía explicárselas a mi hija,ella solo tenía que dormir placidamente y seguir el curso de su vida joven.Mariola me esperaba despierta en el cuarto y se abrazaba a mí y me daba las gracias por la pedagogía,por el amor a nuestra hija...
-Janusz,mi niño,parece que dios te ilumina...
-No es dios,Mariola,es mi conciencia de hombre bueno,nada más,es mi deber de padre...
-Por eso mismo lo digo,es dios que habla por tí,corazón...
-Joder,Mariola,no me hagas llorar más...es el ritmo de la vida,nada más...y nos vencía el sueño y el cansancio en una intimidad maravillosa,una intimidad dulce y armoniosa y nos reconocíamos más buenos y más enteros,todo eso hace la muerte,nos purifica...

Waldemar me dejó el vacío del hombre experto y práctico,el hombre maduro que me orientaba cuando me perdía y Cecylia me rompía el alma en tantas tardes de Salamanca,mi padre desaparecido,las cenas de los domingos,media hora antes de entrar en los Maristas de Champagnat y su regreso a Madrid,mi padre a saber donde.Por eso os he llorado tanto,a los dos y aquí sobras,padre,te lo digo de verdad,aquí sobras,estuvieras donde estuvieras,me la suda,aunque estuvieras a un palmo de mi,maricón...
Tardes confusas,los primeros cigarros en presencia de Cecyila,los caprichos insanos,los insultos y mi vehemencia,¡dónde cojones  está el marícon de mi padre!,Cecylia,dímelo...
-Tu padre está en Zurich,me acaba de llamar...
-Hijoputa,eso es lo que es ,un hijo de puta...y qué hace allí...
-Está enamorado de una amiga de tu madre,Janusz,una amiga rica,muy guapa, que vive en Suiza,pero no te enfades,tu padre ha sufrido más que tú,de verdad,Janusz,cielo,no le insultes...
-A la mierda...tu sabes lo que me espera ahora,me cago en dios...
-Juanito,no te soliviantes,aguanta,el director del colegio es íntimo de tus abuelos...no te van ha hacer nada...
-Encima,me cago en dios ,me quiero ir a Polonia,nada más,solo eso,tía Cecylia,irme a Polonia...
-Janusz,cielo,ten un poquitín de paciencia,luego vas a ser muy feliz,bésame anda...
-Me cago en mi puto padre...
-Juanito,mi niño,ahora hablo con tu tutor,que mañana te deje más libre...
-A la mierda,joder,a la puta mierda,dile a mi padre que me saque de aquí,ya se lo cobraré,hijoputa,cabrón...
-Juanito,duerme bien,no te preocupes,es tu último año,luego nos vamos a Polonia...
Y el padre Ángel,que se ha encelado conmigo,con mi desobediencia,y yo les quiero,pero les odio,como esto es posible,me siento perdido...

La vida en la memoria...(86)

86

Hoy días que se amontonan los recuerdos,entonces las tardes se acortan,el periódico se queda sín leer y yo no me entero de Zenobia,y aparecen las premoniciones a posteriori,como yo digo.Cecylia Grudzinska duró exactamente una semana desde la muerte de su marido Waldemar.Yo creo que se murió por puro mimetismo y fidelidad a toda una vida.Estábamos en su casa,en el chalet de la Dygasinska,celebrando el fín de curso de mi hija Lía.Mariola y Cecylia habían instalado la mesa en el porche,Waldemar en su tumbona,los dos,él y yo, dándole al rioja y fumándonos un habano,porque yo le regalaba cajas enteras a Waldemar.Cecylia y Mariola en la cocina preparando la comida:bigos,empanadillas de setas,de mermelada,de todos los gustos y sabores porque a Lía le volvían loca esas empanadillas polacas,primero cocidas con el relleno y luego una pequeña vuelta en la sartén,los pepinillos,la ensaladilla,las ensaladas,el arenque,el salmón  y el caviar,la comida polaca,que no es para tirar cohetes precisamente,y el caldo de remolacha roja.Lía por el Jardín,enredando con Polaquis,el gran Danés,los conejos a su aire,enseñoreados del jardín,los gatos dando saltos y el cesped sín cortar,sín arreglar.Yo sentía un caos,un desorden y observaba en silencio.De vez en cuando aparecía Mariola con alguna fuente,con vasos,yo que sé y nos echabamos una mirada como un fogonazo,como presintiendo algo y mirabamos al unísono a Waldemar,orondo y congestionado,fumando su puro,la copa de rioja en una mesita,accesible,su cara roja y su pelo blanco hacia atrás,su humanidad de uno ochenta y cinco bien entrada en carnes,sus zapatillas que descubrían unos pies blanquísimos y su bata de seda,parecía como si estuviera tomando un cóctel en alguna embajada amiga,cuando ya se han ido los extraños y solo quedan los anfitriones y cuatro íntimos,pendiente de mi copa y hombre,Juan,sírvete,que te veo muy desganado hoy y que buenos son estos cigarros,los mejores que me has regalado.Y le voy a comprar una bicicleta a Lía por sus notas,la mejor que encuentre...
-Joder,Waldemar,no empecemos,que Lía ya tiene una bici en Solec y no la hace ni caso,que está ya en otras cosas ...
-Que no,Juan,una bici para ir al colegio,que me ha dicho que muchos de sus amigos van en bici...
-Lo que tu quieras,Waldemar,otro trasto más...Y luego nos sentamos a comer,mi hija comiendo como si llevara una semana de ayuno,Cecylia cargando su plato,con su moño blanco y su vestido negro,bien entradita en carnes tambien y luego la tarta y el café,Lía tirando fotos a todo.Con el coñac,Cecylia y Mariola se pusieron a recoger la mesa,mi hija con un conejo en una mano y en la otra un gato,intentando que comieran tarta y no sé en qué instante me volví a Waldemar,para llenarle la copa de coñac,pero Waldemar estaba como dormido placidamente,solo que con los ojos abiertos mirando al cielo y yo le grité a Lía...
-Oye Lía,ata al perro,llévale a la caseta que me tiene hasta los cojones,venga... y yo con disimulo me acerqué a Waldemar y le cerré los ojos,acababa de palmar,le eché la manta por encima como si durmiera y volví a gritar a Lía...
-Lía,ves para la cocina,ayuda a la abuela y dile a mamá que venga un momento,corre...Y salió Mariola secándose las manos con un trapo y no tuve que decirle nada,solo un gesto en dirección a la tumbona...al momento,como una oscura intuición Cecylia con mi hija de la mano y yo dije...
-Lía,ven aquí y besa a tu abuelo,que se ha dormido para siempre...
-Que tonto eres papá,ya empezamos...
-Te digo que beses al abuelo,me oyes y no llores... y yo me levanté rápido y abracé a Cecylia...
-Ya descansa,Cecy,la mejor muerte.Lía se refugió en los brazos de su madre  y Cecylia no me soltaba,me miraba y lloraba como sín creérselo todavía.Luego vino el llanto y el abrazo a su marido,allí arrodillada... y los animales desaparecieron de nuestra vista.Triste tarde.
-Abuelito,abuelo,no te mueras...
-Oye,Mariola,iros con el Volvo a casa,luego te llamo,¡venga Lía!,con tu madre,me oyes... y no dí opción a más...
A quién llamamos Cecylia,piensa rápido,por favor...
-Pues al canciller,bueno,a Arkadiusz Potocki,vive en frente,en el chalet grande de tejas rojas...y yo salí disparado,no quería que Cecyilia se quedara mucho tiempo sola..
-Por favor,el señor Potocki,soy Jan Sobieski,no sé si me conoce, se acaba de morir Waldemar,por favor dese prisa...y yo le oí gritar a Arkadiusz:
-¡Ela!,¡Ela!,rápido,deja todo y ven a casa de Waldemar y volvimos ...Cecylia estaba de rodillas rezando y enseguida Ela se abrazo a Cecylia...
-Señor Potocki,que yo no sé que tramites hay  que hacer... y Arkadiusz desapareció dentro,camino del teléfono.Yo me acerqué a la mesita y me acabé la copa de vino y eché un vistazo al jardín.Al rato,la casa se empezó a  llenar de vecinos,amigos de casa,compañeros de carrera y yo me relajé,porque a mí organizar éstas cosas me sobrepasa,me quedo quieto y paralizado.A los diez minutos un coche se llevaba a Waldemar y yo entré a la casa y le arranqué a Cecylia de los brazos de alguna mujer.Yo necesitaba demostrarla todo mi amor y sus años de desvelos conmigo...
-¡Ay!,Juanito,Juanito...
-Habeis sido como mis padres,Cecy y como lo siento,pero no me vayas a dejar tu tambien...
-¡Ay!,Juanito,que triste...Luego me fuí a a casa en un taxi para arreglarme,para irme al depósito...Lía abrazada a su madre en silencio,en el sofa del salón...
-Lía,mi niña,así es la vida.Mariola,me voy al depósito,luego vengo.Y me puse un esmoquin,oliéndome lo que me podía encontrar allí...Al día siguiente,en el cementerio,en Powaski para variar,Arkadiusz Potocki,antiguo embajador en España,me abrazó y me dijo:
-Janusz,se van los mejores,el mejor agregado que he tenido nunca y Elzbieta me abrazó como una madre y me dijo:
-Has sido siempre el ojo derecho de Cecylia,te adora Janusz...
-Gracias señora Potocka,Waldemar ha muerto feliz y yo solo ahora tengo miedo por Cecylia...
-No te preocupes,Janusz,se viene a casa esta noche con nosotros,no la vamos a dejar sola.Pero Cecylia Grudzinska,cuando me quise enterar, se había muerto en casa de los Potoccy y mi hija Lía se quedó muda por unas semanas y Stefan se llevó a los animales a Praga,a la Saska Kepa donde vivía...

(Nota:en polaco,hay una A y una E con cedilla,que se pronuncian,A con cedilla=On;E con cedilla=En;así por ejemplo,Powaski,sonaría "Povonski",Okecie,"Okenche". Es solo para apreciar la musicalidad del idioma polaco)


lunes, 8 de noviembre de 2010

La vida en la memoria...(85)

85

Tengo puesta en el magnetofón la canción "Biale Róze,"Las Rosas blancas" y me acuerdo de mí de cuando era niño,tan atrevido y tan presumido,tan inocente.Yo no iba al colegio,fue la única concesión que logré arrancarle a mi madre,tan estricta,pero yo sufría mucho y así se lo dije a mi madre,con toda mi pasión y mi ternura y mi madre me perdono,aunque a veces me engañaba y me decía que lo iba a consultar con mi padre...mi padre,por aquel entonces en un psiquiátrico de España y mi madre llena de vida,a pesar de su tuberculosis.Mariola se enfadaba conmigo,tan niña y tan menuda,porque no quería jugar con ella,yo solo ponía el magnetofón y me movía y me contorsionaba,las manos en las caderas y la gorra en la cabeza,la chaqueta abierta...el señor Enger,el zapatero, le decía a mi madre que yo iba a llegar lejos,que me dejara suelto,el señor Enger que me quería,un poco de una manera enfermiza,porque me veía muy femenino y muy sensible y tenía sueños de lujuria conmigo,aunque mi madre era un muro  infranqueable y su respeto era reverencial,pero yo,tan niño,notaba y sentía su deseo,pero ahí estaba el profesor Henryk,con su mirada profunda  y su reproche a su mejor amigo,como diciendole,el día que le hagas algo a Janek,te las verás conmigo de verdad,viejo verde y lascivo y entonces desearás no haber nacido...Mi infancia entre algodones,los caprichos siempre cumplidos,Stefan como un padre,Józef,mi padre legal, como un abuelo,el profesor como un mentor,el pequeño Janusz el centro de ese universo y mi madre,que lo llenaba todo,belleza,arrojo y valentía,condescendiendo con todos en un pandemonium de hermandad apacible y  la policía política poco creíble y mansa tratándose de mi madre,los galones de la guerra y sus hermanos muertos con arrojo y valentía,los ayudantes del general Cz...entonces yo recuerdo que entraba en todas las casas,siempre bien recibido y siempre presto a hacer favores,llevando agua a las cuadrillas,mis botas llenas de barro y luego la comida con mi madre y las clases particulares con el profesor Zanussi,en su cuarto,la mirada perdida en la guerra,en el pasado y su fina pedagogía que no obligaba a nada,que solo descubría,forzaba la curiosidad y mis escapadas al río,con las patatas en los bolsillos,Mariola siempre disculpando mi arrojo,mi impetuosidad,como una hermana mayor,tan pequeñita y pizpireta...Un tiempo mágico,irrepetible,que yo ahora,desde mis noventa años recuerdo con incredulidad y la ofrenda de flores en el "Mayo",tiempo de promesas y de alegría,las mesas en el jardín y los bailes en la hierba,el acordeón sonando y los niños correteando entre las mesas,mi padre,un ser distante y extraño,el año que se dejó ver por aquí,tan elegante,mirandome fijamente y subiendome a hombros...luego Cecylia,mi querida Cecyilia,que ya me quería como a un hijo y la despedida de mi padre y mi madre,en la verja,yo escondido en el desván,mirando por el ojo de buey,enterandome de todo sín enterarme de nada,y Stefan llevándome en el carro,porque yo iba a pasar varios días en Praga y Stefan me iba a enseñar a pescar...Varsovia se alzaba,pobre y majestuosa,llena de orgullo y cuadrillas de obreros,sín presentir el futuro,una ciudad hermosa reconstruida con fe y mucho cariño...y mis visitas a mi madre,de la mano del profesor Zanussi,la Universidad recien inaugurada,Varsovia poco a poco dibujandose en un perfil que yo ahora reconozco muy bien,pero que entonces pudo ser o no ser y los tranvías de caballos y los adoquines que se iban adueñando de la tierra y la desolación.Y el vodka,sí,el vodka,como una concesión,una tregua entre tanta dureza y tanto sacrificio,los primeros borrachos que yo ví en mi infancia y que luego serían como una postal triste y repetida a traves de los años...Yo iba declinando el polaco,un polaco culto aprendido con fervor,patria y honor," Bóg,Honor i Ojczysna",mientras mi madre servía comidas en la recién inaugurada Universidad y mi padre nos mandaba cajas de naranjas por navidades,con un periódico entre las cajas que enseñaba a un señor gordito con el brazo en alto,vestido de militar,acompañado de Hitler y Musolini,parecidos a nuestro padre Gomulka en su semblante de promesas y futuro incierto,pero por aquel entonces,yo solo era un niño lleno de sueños y fantasía,el Vístula cargado siempre de agua...

La vida en la memoria...(84)

84

Muchas veces pienso que yo sobrevivo,que yo he llegado a viejo, por todo el amor que me dieron mi mujer y mi hija,como una sabia secreta y misteriosa,un elixir de la vida,yo,que tanto desee morir joven.Muchas veces mi padre, sín yo comprenderle,me decía:suerte tienes Janusz,que tu madre no te estropeó como  a mí me estropeó mi madre,porque las mujeres tienen un poder infinito sobre sus hijos,un poder que perdura en el tiempo y nos aniquila,los hijos como un reflejo del deseo enfermizo de nuestras madres.Y mi padre me contaba como pudo salir de ese bucle,de esa fascinación materna,llena de sueños estúpidos y perfecciones imposibles.Sabes,Janusz,me decía,yo fuí su hijo mayor y yo concentraba en ella todos sus sueños de gran señora,el ansia de un vástago maravilloso,lleno de refinamiento y sensibilidad,un hombre tan fino y elegante como una mujer,ajeno a las groserías de la vida,un hombre viril,lleno de fe en dios y posturas amaneradas,un hombre castrado,presto a cumplir todas sus fantasías con sus amistades y su mundo cerrado,un ser exquisito que fuera el reflejo fiel de su gran sensibilidad y sus tontunas.Pero,yo,Janusz,tuve suerte y supe estar despierto y me reía de sus tés y sus misales,de sus confesiones sinceras con su confesor carmelita y pronto me dí cuenta cuanto la excitaba todo eso,incluso a veces soñé con ser cura,para masturbarme vergonzosamente despues de una confesión de mujer burguesa y reprimida,que no puede evitar tener fantasías y contarlas al confesor, más que  nada,como otra prueba más del martirio y la excitación,como otra prueba de estupidez,porque,Janusz,mi madre vivía en la tontuna más tremenda y yo supe verlo a tiempo...Por eso descreí desde el principio y cuando tuve uso de razón le dije a mi madre que dejara de utilizarme,mi padre callado y silencioso,pero dándome la razón en silencio... Por eso siempre es tan limpio el recuerdo de mi madre Ania,nunca me presionó,nunca me chantajeó ni reflejó en mi sus anhelos,del tipo que fueran,ella solo quería un hijo limpio y fuerte,sano de mente y de espíritu,un niño sano,que se hiciera fuerte al crecer,con la vida,con las convicciones justas y necesarias para vivir,sín espejismos ni estupideces...Por eso sufrió tanto mi padre,ser dotado de grandes cualidades,pero maniatado por formas,creencias enfermizas de superioridad y finalmente preso de sus traumas de infancia...las mujeres,ese velo siempre cubierto.Mi padre me dijo siempre que su propio padre le quería sín más,fuera como fuera,sangre de su sangre y nada más,cada cual con sus talentos naturales,pero su madre...había que servir a dios,no sé a qué dios y a qué deseos oscuros,la sombra de la hipocresía siempre cercana,pero como si no se viera...Hay formas de ser y de estar en el mundo,formas que se aprenden,que no son naturales,por eso yo siempre me rebelé,un instinto natural, nada más,frente a esas imposiciones de apariencia sagrada y realidad enfermiza,egoista y falsa.Por eso mismo,mi padre,ya muy joven,abandonó los colegios de curas y las efusiones de fe,unas efusiones que se diluían en el orgullo y la soberbia del cura de turno,en su frustración de hombre castrado,que solo podía escuchar los deseos de las mujeres,pero no poseerlas como hubiera querido.Y así,tantas veces me he acordado,llevado por mi padre,del Mayoral de La Regenta y su rabia de pulcros sayales y poco más,la vida y su realidad,mordiendo sus entrañas enfermas...Y tantas veces,cuando entro en las iglesias,por lo que sea,todo menos la fe,echo una mirada a los confesionarios y me digo que están llenos de semen,el semen enfermizo de tantos curas lascivos e impotentes.Y la sola presencia de la Virgen en los altares es un insulto,la gran mascarada del fervor,del fervor falso.Y arrugo la frente y miro a la ventana,al exterior y mi abuela se me aparece,mi abuela Luisa,llena de una fuerza falsa,maneras exquisitas y orgasmos formales más que materiales,el orgasmo de una mesa bien puesta y los modales excelentes,negando la vida  y la sangre,su fluir hermoso,encorsetado en tontunas de novenas y cafés con pastas,mientras se escucha el ronronear majestuoso del curita de turno,ungido de poder y de gula,el triste consuelo de los animales castrados,tan limpios y aseados y un mover primoroso de las manos regordetas evocando a la Santa de turno,sín llegar a entender sus sacrificios...Mi padre conservaba las vidas de santos,bien encuadernadas y se sabía de memoria el martirilogio,por eso hoy,aquí sentado, se me ocurren estas cosas,mientras ojeo estos libros viejos y bien encuadernados,mientras cumplo el rito de marear las horas y doblegar todos los relojes,el alma mustia y muerta,solo esperando que amanezca un nuevo día para nada,hasta que la muerte me acaricie con su mano fría y yo no sea nada,no piense ya nada...

La vida en la memoria...(83)

83

Mariola en el dormitorio,sentada frente  al espejo del tocador,cepillandose el pelo rubio con algún brillo rojizo,dejando caer la cabeza con coquetería,a los impulsos del peine y su espalda recta,de vértebras bien marcadas,el sujetador blanco dividiendo la espalda,realzando a la mujer,esos sujetadores que le servían a mi hija y luego la curva de la espalda,las caderas generosas,de mujer y el culo firme,apretado y lleno,las bragas de Mariola,puntillitas blancas,despertando mi deseo,el liguero,el girdle blanco y las medias con puntillas,suaves y delicadas.Luego se levantaba y se iba a mear,con ese gesto de bajarse las bragas a media rodilla,el papel higiénico rozando el pubis,secando los labios y yo tumbado en la cama en calzoncillos,empalmado de mirar y de ver,el cigarro en los labios y una cara de admiración y deseo,de sumisión a la hembra y todas las promesas que no han sido dichas pero que se cumplirán,demorando el momento,alargando el deseo de penetrar,de tocar,de meter los dedos por todas las rendijas de Mariola y Mariola sabia,besandome con ganas,acariciando mi polla a través de los calzoncillos,dejándome su saliva blanca en mis pezones duros,mordiendome el cuello,metiendome un dedo por el culo y llamándome maricón,mi niño,ya verás,te vas a enterar; y yo loco de frenesí,amasando sus nalgas,chupando su culo y su coño,abriendola bien las piernas,dejando un rastro de humedad entre sus piernas,lamiendo su cuerpo con sabor a sal y a mujer,el pelo despeinado y sudoroso y luego la cópula,la polla que entra suave,sín resistencias, en  el hogar sagrado,haciendo esfuerzos para no correrme,pensando en otras cosas,jurandome que hoy te vas a acordar de mi y de mi polla y no vas a desear a nadie más porque te voy a volver loca,solo espero el ruído de tus jadeos y tu voz,así,Janusz,cariño,así,hazme feliz,te quiero....todo el trabajo del hombre,sus cinco sentidos para satisfacer y  llenar  a la hembra,lleno de paciencia y excitación,con el firme deseo de doblegar,de rendir un cuerpo majestuoso y luego el llanto y los ruegos,no pares,Janek,mi cielo,no pares,fóllame,fóllame,soy toda tuya,soy tu esclava,y te voy a querer siempre,pero sigue,sigue,nuestros labios como ventosas y los ojos,los ojos fijos uno en el otro,unos ojos de locura y de deseo y el esperma caliente que se derrama en el pecho de Mariola,las nalgas contraídas y el derrumbe en las almohadas...Un descanso,un alivio,dos caladas al cigarro y Mariola que vuelve,decidida,loca de deseo y posesión y sus mordiscos,mi espalda enrojecida y mi pene flojo,morcillón,esperando,esperando de nuevo el ímpetu de la sangre...Y yo solo estaba plenamente feliz cuando la oía llorar de placer,cuando ya no podía más y se abrazaba a mí,a su macho,a su querido Janusz y yo la acariciaba el pelo y le decía muy serio...
-Te quiero,Mariola,te adoro...
-Júramelo,Janusz,júramelo...
-Te lo juro,Mariola,nunca he querido a nadie,solo a tí... Al amanecer,el cuarto nos descubría desnudos y saciados,hechos uno en dos,fuertemente abrazados y un reflejo de sol matutino acariciaba nuestras caras cansadas y felices,en la calle el ruido del tráfico y en la casa el ruido de las tuberías,luego nos quedábamos dormidos hasta la hora de comer...Entonces yo me levantaba,lleno de ternura y agradecimiento y preparaba un buen desayuno,lo que más le gustaba a Mariola,un zumo,tostadas,el té negro,el huevo revuelto y una flor,una flor que yo cojía del jardín de dentro y me daba igual que flor fuera,solo una flor en un vaso como una declaración de amor...Y algo de esto me contó mi padre en una ocasión,la adoración que sentía por Ania,salvo cuando se volvía loco y no quería saber nada de nadie...

La vida en la memoria...(82)

82

Ahora pienso,recuerdo más bien,aquí,sentado en mi sillón de orejas y rodeado de cosas:los libros,el periódico,mis gafas,las medicinas que tomo a regañadientes,el té que se ha quedado frío,la cajetilla de Fox,el correo lejano de España,las pisadas de Zenobia por el suelo de madera,el tiempo quieto un instante en las agujas del reloj de la pared...ahora,digo,en otra tarde interminable de agua en los cristales y cielo sombrío,recuerdo,sí,mal que bien,que cada vez que regresábamos de España,Mariola y yo nos acercábamos más y nos queríamos con más fuerza,es como si se despertara un deseo nuevo en nosotros,volvíamos renovados y eso se potenciaba porque Lía estaba más feliz y lo notábamos cuando venía algún día a comer de casa de sus abuelos,pletórica de recuerdos y soñadora,porque Lía estaba con Piotrek y a veces nos dejaba ver un momento su gozo en la coquetería con que se vestía y el brillo de sus ojos nos devolvía el deslumbramiento del amor,del amor puro e inocente,con algún escarceo de besos y caricias,que nosotros solo podíamos imaginar,pero cierto.Yo me olvidaba entonces un poco del alcohol y salía con Mariola por Varsovia,tomábamos café,recorríamos las tiendas del centro y así,los dos bajo el paraguas, descubríamos de nuevo nuestra complicidad y nuestra alegría,la  risa pronta por cualquier tontería y el cielo gris empezaba a poblarse de luces,las luces de Varsovia en el atardecer,el bullicio de las calles y los tranvías atestados de gente,las luces de los cines y los teatros encendidas,los grupos de jovenes saliendo de la universidad,en la Krakowskie,o saliendo de la Politechnika según volvíamos a casa y atravesábamos Lazienki para salir por la puerta pegada a Róza y nos parábamos de vez en cuando y nos besábamos como cuando yo volví de España en mil novecientos setenta y siete.El olor y el sabor de Mariola todavía con algún resto de sol y de sal,de pereza y hacíamos planes para la  noche ,una cena especial en casa,con velas y vino blanco,las miradas encendidas,las miradas francas del deseo renovado,Mariola impecable,bien maquillada,elegante dentro de su elegancia natural de manos largas y cuidadas,sus ojos de almendra y su nariz de diosa,recta y alargada,el talle bien marcado y unas piernas interminables en sus botas altas,el vestido negro y plateado,marcando las caderas,la curva preciosa del culo y el pecho escotado,el pecho de niña de Mariola,bien en punta y las puntillas del sujetador,la melena corta y lisa,como un efebo y las cejas pobladas,la frente limpia.Yo me comía a besos a Mariola con la mirada y ella lo sentía y estaba feliz.De vez en cuando, ella me colocaba bien el nudo pequeño de la corbata y me estropeaba el pelo, mientras brindaba por nosotros y nuestra hija.Eso era estar vivo,esa era la felicidad permitida a los hombres,me decía yo,porque luego estaba la certeza del contacto,la piel suave de Mariola y la mata de pelo rojizo y rubio de su pubis,la copa dorada del placer,entre muslos duros y calientes,la curva blanca de las nalgas y el agujero sucio del culo,tan limpio,esperando la curiosidad de mi polla,el deseo de penetrar por todos los rincones,poseer a Mariola,chupar sus orejas y comerme hasta sus mocos,así me ponía yo de fogoso,Mariola abandonada,dejandose hacer o explicándome como hacerlo mejor...y luego llegaba la ternura,los besos lentos,húmedos de saliva y flojera general,el fluir de los líquidos del cuerpo,cuando el cuerpo se abandona al placer y la voluptuosidad,la cama deshecha y el semen derramado junto a la vagina mojada y el ano sudoroso.Los abrazos de dos hermanos,dos amantes olvidados del tiempo,perdonándose todas las afrentas,pidiendo perdón por los reproches y luego el sueño profundo abrazado a Mariola como el naúfrago a una tabla,el vientre de Mariola acojiendo mi cabeza como un feto desvalido,el niño-hombre en los pliegues de la mujer- madre,todo una delicia de la que despues despertábamos con más ganas y el desayuno nos sabía tan bueno...Estos recuerdos contrastaban tanto con mi soledad de viejo,mis carnes secas y el pene y los testículos como un colgajo arrugado,solo las ganas de mear y los ojos secos,sín una lágrima,enrojecidos por la edad y el cansancio,la carne huida y los huesos incomodándome en todas las posturas,el frío de la vejez y la soledad...