jueves, 10 de septiembre de 2009

La vida perdida (X)

El niñolaestación,vaya brasa.Cada vez que oigo la palabra "estación"me mosqueo,si oigo la palabra "niño",a veces tambien pero menos.El niñolaestación era el cachondeo diario de la estación,para los que vivían en ese mundo cerrado:taxistas,trabajadores de Renfe,parroquianos de la cafetería..."Tin tun tin,tin tun tin,atención,atención,el tren expreso procedente de las Rías Bajas y con destino a Almería,trae dos horas de retraso,tin tun tin,tin tun tin".¡Dios que pesadilla!,hasta que yo empecé a entender algo de español,nunca en la vida he estado más fuera de lugar,ni siquiera cuando se murío mi madre.Yo no entendía ni patata,yo era el polaquis,un mierda de trece años perdido en un mundo de adultos,ajeno,con unas costumbres que yo en mi vida había visto y el niñolaestación,con su moco,sus ropas grandes,tan delgado...Si me hubiera quedado allí más tiempo,me habría vuelto más loco de lo que estoy.Recuerdo que un año despues y hablando ya un poco fluido,me acerque por allí y le pregunte:¿te acuerdas de mí,el polaquis,si hombre?.Elniñolaestación me miro como si le hubieran faltado a su madre y me dijo:
-Oiga usted,haga usted el favor de no insultar o llamo a los guardas,que yo soy huerfano y tengo papeles,no como otros...Le mandé a tomar por culo,que eso ya lo había aprendido.

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