martes, 22 de septiembre de 2009

La vida perdida (XX)

Qué hastío siento...Ésta noche he vuelto a salir,tengo dinero fresco y Varsovia un lunes o un martes,de noche, no dura más allá de la una de la madrugada y me refugio en los burdeles,qué otra cosa y bebo como una bestia,todo el día con resaca.Entonces,así colocado,en esa molicie del alcohol,se me aparece mi padre,Gonzalo Ahumada ,y todavía le estoy buscando,aunque yo haga que no,parece que se lo ha tragado la tierra,en España ya sé que no está y si está se esconde bien.Según mis cálculos,tiene sesenta y cuatro años y me enfado conmigo mismo,qué saco yo con encontrar a mi padre,que secretos pretendo descubrir,como si él me fuera a contar con pelos y señales toda su vida,a éstas alturas.Y así estoy,de noche en los burdeles,y de día en el cementerio de Powaski,a ponerle flores a mi madre.Está bonito el cementerio y la florista de la entrada ya me trata como a un pariente de toda la vida.La tumba de Ania Sobieska,de la casa Rykiel,tiene una pequeña cruz de mármol,que encargué hace dos años y en la lápida una inscripción que hice grabar:"Tu eres la luz que ilumina mi camino",así,en Español,para que nadie sepa que significa...
Mañana a Sopot en avión,no está mal la vida de intérprete,viajas mucho y te aireas...

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