martes, 22 de septiembre de 2009

La vida perdida (XXIV)

El otro día me acerqué a Zoliborz.Todos los años,procuro visitar al señor Waldemar,el agregado cultural de la Embajada de la República Popular de Polonia y despues de la Embajada de la República de Polonia en España,ya ha llovido...Conozco al señor Waldemar Grudzinski desde que tenía trece años,han pasado veintiseis años,casi nada y pan Waldemar,tan educado siempre,el pelo ya blanco,retirado del servicio diplomático,me recibe siempre de una manera exquisita y su mujer se echa a llorar cada vez que aparezco,la pobre Cecylia Grudzinska,tan sentimental:eras un mocoso muy atrevido Juan y además conocí a tu padre,ya lo sabes,esas casualidades de la vida y te pareces a él más de lo que a tí te gustaría,Juanito.La señora Grudzinska siempre me llama por el nombre español...
-Ya lo sé pani Cecylia...Si no hubiera sido por vosotros,yo ni habría estudiado ni habría hecho nada,es así ¿no?
-Bueno,tampoco exageres Janusz,de un desierto no se saca agua y tu apuntabas...
-Apuntaba a la locura,no Waldemar...
-Cecylia,saca el rioja,vamos a hacer los honores al Señor Jan Ahumada Sobieski,je,je...

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