miércoles, 23 de septiembre de 2009

La vida perdida (XXXVII)

Tengo cuarenta y un años,Halina treinta y uno y yo no hago más que pensar en Helena,que está guapa,sí,pero vamos.Helena es más bajita,un pelín culona y es muy lista,la cabecita que se gasta Helena,pero Helena está en otro mundo y de aquí ni te cuento,a su lado Halina es una mendiga,pasta pero bien y viajecitos a Suiza,a las Islas Galápagos y donde haga falta,con un chorbo que podía ser su abuelo...y yo,que me he pasado la vida pensando que aquí no había ni un rico,no a la escala de España,pero bueno,las hay que hacen sus pinitos...y la suerte está echada.Si yo le digo ahora a Halina,que por qué no esperamos un poco más,es capaz de tirarse al Vístula y mi hermana se compra una pistola y me mata,así como lo cuento.Y éste soy yo,con mi eterna indecisión a cuestas,yo,tan tímido,que si no hubiera sido por Mariola,de qué iba yo a haber conocido tanta tía guapa,ni loco vamos...y encima Mariola:que tiene que venir tu padre,que tiene que venir tu padre,me oyes y así os poneis en paz para siempre...
-Que vale,Mariola,que no me abrases,joder,que me tienes hasta la polla...
-Pero a tí qué coño te pasa,haber...
-Que no me pasa nada,que mi vida la dirijo yo...

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