sábado, 3 de octubre de 2009

La vida perdida (XCII)

...y yo,nada más poner el pie en el andén,he salido disparado...entro en el hall,me voy al radiador,recorro con la mirada una estación nueva que nada tiene que ver,bueno,sí,allí sigue el mural en la pared y los taxistas claro...pero ni rastro y me voy a la cantina,una cafetería moderna,amplia...
Y al salir,me llevo un buen susto y acabo de chocar con mi padre...
-Juan,coño,para ya...Mi padre me lleva del brazo,Mariola detrás y ya está mi padre preguntando fuera,a los taxistas de mayor edad...
-Perdonen ustedes,no se acordarán por casualidad del pistolero barato...
-Cómo dice...
-¿Usted conoció al pistolero barato?,perdone el atrevimiento...
-No,yo no, pero mi hijo aquí presente sí...
-Pero coño,si tú eres el polaquis...a qué sí...y a mí se me ha iluminado la cara,un jubilado me ha reconocido y los taxistas se hacen cruces,no saben de que va la vaina...
-Bueno,usted perdone,es que así,de sopetón le he reconocido a usted...
-No,no,no se preocupe,quiere tomarse un café con nosotros...

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