sábado, 3 de octubre de 2009

La vida perdida (C)

...y aquí estoy,son las cuatro y media de la madrugada y se nota el aire de la sierra y en los auriculares Chopin,de la mano maestra de Arthur Rubinstein, y como estaba previsto, estoy llorando en silencio,no en vano llevo ya cuatro whiskies,estoy arrasado en lágrimas y empiezo a sentirme culpable,lleno de egoismo,y el profesor Zanussi se me aparece,y el zapatero,el señor Enger,su amigo del alma y ahora estoy allí,en el cementerio,en un día lúgubre y gélido,los cuervos mudos testigos de un entierro tan triste,solos el señor Enger y yo,esa es toda la comitiva y caen copos espesos de nieve y he mirado al cielo y le he dicho a Dios que si existes,cuídes del profesor,el sólo se lleva otro buen trozo de mi alma...Y Mariola y mi padre y otra vez,tú madre,no sé para qué bebo,me regodeo en la autocompasión,siempre me pasa...yo,que vivo como un obispo,que la vida me ha devuelto y de sobra todo lo que me podía deber,a mí y vamos a ponernos otra y que mañana sea lo que dios quiera,y otra vez Chopin,te pones pesado y obsesivo y espérate que todavía no le coja el coche a mi padre y me largue a Madrid en busca de putas,es un guión muy repetido que me sé de memoria,y ya estoy oyendo mañana a Mariola...

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