sábado, 3 de octubre de 2009

La vida perdida (XCIII)

...llevo hora y media chascando con el señor Goyo,está tan emocionado como yo.Mi padre y Mariola han salido afuera y pasean y de vez en cuando mi padre se arrima al cristal y le dice algo a mi hermana...
-Uy la hostia,el pistolero barato en la Casa de Misericordia,no me jodas...
-Veraile,como se lo cuento,usted conoce Ávila,¿no?...
-¡Que va!...si yo solo pase aquí doce días y no salí de la estación como aquel que dice...
-Uy la madre...pues no tiene perdida,usted nada más que coja un tasi y en diez minutos,que esto es muy pequeño...
-Pues muchas gracias,Goyo y yo le voy a dar diez mil pesetas y usted las va a coger...
-Hombre,me da ansia,eso es mucho dinero,claro que usted,no hay más que verle es un señor,porque usted yo nada más verle me he dicho,éste es un señor,tiene toda la pinta...
-Pues lo dicho,Goyo,coge esto haz el favor y muchas gracias por todo...
-Pues nada,que encantado de servirle y hasta la próxima...

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