100
A medida que pasan los días y yo me siento más flojo,vuelvo más y más a los recuerdos de infancia,se conoce que ya presiento que vuelvo a la nada de donde vine.Y dentro de nada,me digo,será como si el semen de mi padre,se hubiera arrepentido a última hora y se hubiera vuelto a la vaina,la bragueta cerrada,para el caso es lo mismo,si acaso un agujero en Powaski.La víspera de San Nicolás de mil novecientos sesenta y cuatro,le dije a mi madre que yo quería que los Reyes Magos de España me trajeran una oveja,para llevarla a pastar a las orillas del Vístula.Y todo porque mi padre mandó una felicitación navideña,donde se veía un rebaño de ovejas,un pastor con una manta al hombro y una cachaba sobre un cielo azul estrellado.De lo que ponía,no me pude enterar,porque mi padre tenía una letra misteriosa y enrevesada,parecían arabescos.Mi madre leyó en silencio y en un santiamén,pero yo creo que no leía,más bien era como si ya supiera lo que ponía y cuando dije lo de la oveja,explotó en una carcajada,me subió a sus rodillas y me abrazó:
-Pero,Janusz,cielo,yo no quiero que seas pastor,¿tú sabes el frío que pasan en invierno y el calor que pasan en verano?,¿lo has pensado,eh?...
-Es igual,yo quiero una oveja y la voy a llamar "Cordera"...El día de Navidad,mi madre me dijo que bajara a la sala grande.En el jardín helado,cubierto de nieve dura y las ramas de los árboles vencidas,el resplandor blanco se enturbiaba por el humo de una hoguera encendida.El señor Józef,Enger el zapatero,el profesor Zanussi,Stefan y la señora Agata,una matrona colorada y robusta,que había sido el ama de cría de Mariola,se frotaban las manos,de pie en torno al fuego,los chambergos con las solapas subidas.Estaban desayunando salchichas y carne tártara que había sobre una mesa.De a poco,se iban pasando una botella de vodka y llenaban cada uno su copita.Hacía un frío de tres pares de cojones,pero parecía que eso les hacía más felices aún y sus voces quedaban amortiguadas por la nieve.Yo solo asomé la cabeza y pude apreciar una mirada cómplice en todos ellos,como un fogonazo...Y entré en la sala,de penumbra y rayos finos de luz por las rendijas de las maderas, y lo primero fué el olor de las manzanas extendidas por el suelo y algún ratón que salía despavorido.En el centro había un caballo de cartón,rojo y blanco con balancín,un trineo de madera,una pitillera de latón alargada,que yo en mi inocencia pensé que estaba llena de cigarrillos y cuando la abrí,lo que había eran pinturas de colores,con una nota del profesor:"Los cigarrillos los tengo guardados para cuando seas mayor de edad"...(será cabrón...).Al lado,una gramática española de pastas duras,que ponía Álvarez.Tambien recuerdo que me pegué un susto de muerte,porque cerca de una de las ventanas había una cosa enorme,de metal niquelado que brillaba.Era un coche de capota azul,de grandes ruedas,para mellizos.Debió de pertenecer a la bisabuela de mi madre,por lo menos y encima una pepona horrorosa con un gran lazo rojo en el pelo.Esto es para la mocosa de Mariola,me dije,como ya quiere ser madre...Al rato aparecí arrastrando el caballo por la nieve dura y oí las risas de todos,mi madre incorporada al grupo,todos echando vaho por la boca,las caras enrojecidas:
-¡Mira,mamá!,un caballo,San Nicolás me ha traído un caballo... y me fuí para el fondo del jardín,debajo del abeto grande y ya me olvidé de todo...El caballo duró dos días,porque el veintisiete,una rama del abeto se vino abajo y se acabó el caballo,solo recuerdo a mi madre:
-Para haberte matado,Janek,para haberte matado...Mariola se olvidó de mí varios días y enseñaba su pepona a todo el mundo,que abultaba más que ella.Yo me construí un coche de carreras con el coche de capota y dejaba pequeños surcos por el jardín.El trineo duró más,bastante más,tanto que todavía anda por el sótano,aquí en Róza.Claro,lo había fabricado Stefan,como para romperse...Tambien,uno de esos días,le quité un cigarrillo al profesor,lo metí en la pitillera y luego me lo fumé en el desván,que me entró un mareo,que me puse pálido...
-Te pasa algo,Janek,¿te duele la tripa?...
-Es que me he comido una manzana verde y me ha caído mal...pero yo sé que mi madre no se quedó muy convencida...