martes, 29 de septiembre de 2009

La vida perdida (LXXVIII)

Hoy voy a comer con los Grudzinscy.El otro día,cuando llamé a Cecylia,me pidió por favor que vaya a comer,que Waldemar también quiere verme,me echa de menos y no he sabido negarme...no puedo negarme y además, yo también tengo ganas de verles,llevo muchos meses solo.En la Plac Wilsona he comprado unos pasteles y me voy por la Dygasinska al chalet de Waldemar,que tiene un gran jardín y se está muy a gusto...
-¡Jan!,pasa,cuanto tiempo,ven,Cecylia está con la comida...
-Tío Waldemar,os he traído unos pasteles,y perdona,parece que soy un desagradecido...
-Que no,Juan,que ya sabemos que nos quieres bien...
-¡Juanito!,pero bueno,porqué estás tan estropeado,estás muy pálido y has adelgazado...Cecylia me mira de arriba abajo,como una madre tratando de descubrir que tiene su hijo,al que no ve hace tiempo.
-Estoy bien Cecylia,no te preocupes y trabajando,eh,que conste...
-Bien,bien,vamos a comer,te he puesto Bigos Juan,tu plato preferido...Y cae la tarde sobre Zoliborz y yo sobre todo quiero saber cómo está mi hermana y si está muy enfadada conmigo,decirme la verdad,Waldemar,cómo anda Mariola...

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