jueves, 24 de septiembre de 2009

La vida perdida (XLIV)

Estamos sentados en un banco, en el parque,al lado de casa,el zapador sigue ahí,desactivando una mina.Tres metros le calculo yo a la escultura,puro realismo soviético y mi padre está elocuente,lanzado,a saber lo que ha trincado hoy,está feliz...
-Mira,Janusz,yo conocí a tu madre en la universidad de Varsovia,pero no era una estudiante,no,trabajaba en la limpieza,lo mismo la veías limpiando los servicios,que sirviendo comidas o en el guardarropa...Yo, más callado que en misa y en un momento,le digo a Halina:
-Halina,los polvazos que vamos a echar tú y yo,¿eh?...
A mi padre,no hay cosa que más le joda que la indiferencia.
-Yo no soy un pijo,como tú te piensas,Janusz,a pesar de mi dinero,yo el rollo burgués me lo paso por la entrepierna...Mi padre sigue,inasequible al desaliento y Mariola se ha sentido obligada a intervenir,hay un poco de electricidad en el ambiente.
-Sabes,tío,apenas me acuerdo de tí,pero me acuerdo que siempre estabas sentado en el sillón del profesor Zanussi,leyendo...(pues qué bien...)...

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