Fue en esos paseos por la ciudad,que empecé a darme cuenta de que a Ania le pasaba algo.A veces teníamos que parar y Ania respiraba con fuerza,los colores subidos a su tez blanca,que luego se transformaban en un azul muy pálido,las ojeras marcadas y su cara se perlaba de gotitas de sudor.Pero ante mis preguntas,Ania se reía y volvíamos a reiniciar el paseo.Y si,a veces,en la cama, Ania rehusaba besarme o que yo la besara,porque estaba cansada,nada más..Y fue el profesor el que me dijo que era posible que Ania estuviera incubando el bacilo de Koch,la temida tisis.A mi no me sorprendió,porque despues de la guerra aumentaron mucho los casos en España,como tampoco me importó que fuera contagiosa:
-Sabes,Gonzalo,la he auscultado algunas veces y no me gusta su respiración.Es bueno que tomeis buenas medidas de higiene y que pasee al aire libre.Si va al hospital y le encuentran algo,lo más facil es que la aislen una temporada...
-Pues,entonces nada de hospital,profesor,hablaré con ella y seguiremos sus consejos a rajatabla...
-Es un riesgo que correis,te advierto,pero Ania no quiere ni oir hablar del asunto,es muy suya y dice que aguantó la resistencia,la "Powstanie" y que ahí sigue.Vete con tacto...Es muy orgullosa...
-A mí me lo va a decir,profesor...
Y hablé con Ania y fue la primera discusión seria en nuestra idílica y pastoril relación...
-Si te da miedo,te largas y asunto arreglado,entiendes,señorito español,o no sabes lo que yo pasé o ya no lo recuerdas...
-Que sí,Ania,claro que lo sé,solo te pido que sigamos algunos consejos del profesor,nada más...
-A lo mejor,ya te hartaste de mí,¿eh?,señorito caprichoso,¡qué guerra pasaste tú!,¿señorito de Ahumada?...
-Pues tambien pasé lo mío,no creas...
-Cuando quieras cojes la puerta y te vas,ya lo sabes ...y yo me callé porque conocía bien a Ania...Y efectivamente,esa misma noche Ania se acercó a mí,la cabeza baja y me pidió perdón:
-Yo me cuido,Gonzalo y hago vida sana,tu ya lo ves...y no volví a encender un cigarrillo en casa.Cuando quería fumar,me bajaba al jardín o me metía en casa del profesor...mientras pensaba como traía estreptomicina de España o de donde fuera...
-Sabes,Gonzalo,la he auscultado algunas veces y no me gusta su respiración.Es bueno que tomeis buenas medidas de higiene y que pasee al aire libre.Si va al hospital y le encuentran algo,lo más facil es que la aislen una temporada...
-Pues,entonces nada de hospital,profesor,hablaré con ella y seguiremos sus consejos a rajatabla...
-Es un riesgo que correis,te advierto,pero Ania no quiere ni oir hablar del asunto,es muy suya y dice que aguantó la resistencia,la "Powstanie" y que ahí sigue.Vete con tacto...Es muy orgullosa...
-A mí me lo va a decir,profesor...
Y hablé con Ania y fue la primera discusión seria en nuestra idílica y pastoril relación...
-Si te da miedo,te largas y asunto arreglado,entiendes,señorito español,o no sabes lo que yo pasé o ya no lo recuerdas...
-Que sí,Ania,claro que lo sé,solo te pido que sigamos algunos consejos del profesor,nada más...
-A lo mejor,ya te hartaste de mí,¿eh?,señorito caprichoso,¡qué guerra pasaste tú!,¿señorito de Ahumada?...
-Pues tambien pasé lo mío,no creas...
-Cuando quieras cojes la puerta y te vas,ya lo sabes ...y yo me callé porque conocía bien a Ania...Y efectivamente,esa misma noche Ania se acercó a mí,la cabeza baja y me pidió perdón:
-Yo me cuido,Gonzalo y hago vida sana,tu ya lo ves...y no volví a encender un cigarrillo en casa.Cuando quería fumar,me bajaba al jardín o me metía en casa del profesor...mientras pensaba como traía estreptomicina de España o de donde fuera...